Prologo.

La Señora Tenebrosa.


Veintiséis años después de la batalla en Hogwarts.

-¿De verdad va a nacer?- preguntó Reena Spencer, mientras caminaba, junto a sus esposo, Matheus, y su cuñada Whilhelmina. Estaban caminando por las dunas desoladas de un sector del desierto del Sahara- ¿No es sólo un rumor?
-Sabemos casi lo mismo que tú, Reena- Respondió Whilhelmina, mientras entraba más en su túnica de viaje, dado que estaba haciendo a cada minuto más frio.
Eran las cuatro de la mañana, la noticia había golpeado al mundo muy temprano, en ese momento, cada criatura, mago, centauro, gigante, muggle, squib y animal sabía lo que ocurría, quizás no de fuente directa pero si lo presentía.
Caminaron por quince minutos, Reena no paraba de hacer preguntas mientras sus ojos se volvían cada vez más saltones, Whilhelmina trataba de ignorarla, mientras que Matheus trataba de ubicarse, no sabia exactamente donde se ubicaba el lugar donde debían ir.

Lo Sabrás llegado el momento.
Raven Franklin.
Eso decía la carta que había traído la lechuza, unas catorce horas atrás en su casa en Springfield, Ohio. Raven Franklin era Reconocida, Por ser Hechicera más cruel y despiadada, después de Bellatrix Lestrange, su madre.
Exacto, Meses antes de su muerte, Bellatrix Lestrange dio a luz a las hijas no reconosidas de Lord Voldemort. La verdad era que El Señor tenebroso, tenía un lado paternal, quería tener dos niñas con las que pudiera compartir el mundo que pronto él haría decidió bendecir a Bellatrix, su más fiel súbdita con el milagro de las niñas, como sabia el Señor Tenebroso que serian niñas, lo sabia dado que el por ser un mago tan poderoso, podía interferir en la genética de sus futuras hijas.
Así nacieron Alexia y Raven Lestrange, recibieron, el apellido del marido de Bellatrix, dado que aunque Rodolphus Lestrange, fue encarcelado de por vida en Azkaban, no quiso que todo el mundo lo conociera como un cornudo.
Las niñas, crecieron, sin saber nada hasta sus once años, cuando, visitadas por el maestro Slughorn, para contarles que desde que nacieron fueron inscritas por su madre en Hogwarts. Tanto Slughorn, como McGonagall, esperaban que no siguieran los pasos de su madre pero, resultaron ser peores.

***
Ya había pasado una hora desde que salieron de la aldea donde les dijeron que se encontraba cerca el lugar de reunión.
Cuando ya no daban mas de frio, apareció desde el cielo nublado, una figura que volaba hacia ellos, antes de que pudieran tratar de adivinar que era cuando frente a ellos, apareció un dragón, de raza Galés Verde.
Y en su espalda estaba montado un hombre, con una capucha negra, aquel era grande, corpulento, sus brazos eran grandes y musculoso, su estomago era inmenso y redondo, su cara era parecida a la de un perro Charape, y era completamente calvo, su cara la cubría una varaba roja muy poblada, y unos ojos azules.
- no podías venir en un dragón menos llamativo, Thadeus- le regañó Matheus, apuntando la cabeza de la bestia.
-y tu no podías llegar temprano, Hermano- le Respondió sarcásticamente- sabes que nuestro presupuesto es escaso, y los galeses verdes son los más baratos del mercado, ahora deja de quejarte y súbete.
Todos subieron al hermoso dragón.
-¿Has traído la ambrosia?- preguntó Thadeus a Matheus cuando iban montados en el Galés Verde- ¿sabes que el ritual no estaría completo sin la ambrosia?
-POR DIOS, IMBECIL- grito Matheus- Crees que me aparecería delante de la presencia de Raven y Alexia si no les traigo la ambrosia.
>>además, no sabes lo difícil que es arrancarle la ambrosia a un Nephilim.

-Ya, Ya- dijo Thadeus, mientras hacia descender al dragón. Se habían elevado más que las nubes, por lo que era difícil ver hacia donde descendían, dado que se había cubierto todo el continente desde Madagascar hasta la otra costa de África con una gran masa de nubes negras. Ningún meteorólogo podía definir a que se debía ese fenómeno.
Cuando atravesaron la gran capa de nubes descubrieron, un edificio similar al Taj Mahal, pero con Serpientes gigantes en su puerta de entrada, pero el edificio estaba desecho, había un hueco en la cúpula central, de donde s e podía ver salir una luz potente.
Bajaron rápido del dragón, era necesario que llegaran rápido, en la entrada del edificio, los esperaba un joven flaco rubio platinado, sus pómulos estaban bien definidos y la mayoría de sus rasgos eran puntiagudos.
-¡llegas tarde, Spencer!- dijo Scorpius Malfoy.
-Calla, muchacho-dijo Matheus haciendo un movimiento con su mano. En el interior del edificio se escuchaban murmullos y gritos, en realidad un solo grito resaltaba, era el de una mujer, se mesclaba con algunos sollozos de la misma- ¿Ya empezaron las contracciones?
-si- respondió Scorpius, Spencer lo apartó de un empujón y entro en una gran estancia iluminada con antorchas, en medio de la estancia había gente reunida alrededor de una mujer embarazada atada de pies y manos, por cadenas, las cadenas de los brazos colgaban del techo haciendo que la mujer tuviera estirados los brazos, y las cadenas de los pies estaban atadas al piso, haciendo que abriera las piernas. La mujer de piel oscura como el ébano, y pelo rizado, estaba llorando, pero a la vez tenía una expresión de miedo, estaba completamente desnuda.
-¡que me van a hacer!- Chilló la mujer con los ojos llenos de lagrimas- ¡ahhhh!
Estaba sufriendo contracciones cada vez más rápidas.
Spencer se acercó al centro del círculo haciéndose paso a empujones.
Cuando llegó al centro, se encontró con dos mujeres altas, de rostro siniestro, cuerpo delgado, cubierto sólo con unos vestidos sin mangas de un color negro.
-sus majestades, he traído la Ambrosia- dijo Spencer.
La mujer que se hallaba más cerca del cuerpo de la embarazada, la mujer sostenía en su mano izquierda una varita. La mujer se volteo a ver a Spencer arrodillado más cerca de su hermana que de ella.
-¡Crusio!- grito la mujer apuntando con su barita a Spencer, mientras este se retorcía de dolor en el piso- ¡esto es por hacernos esperar, escoria!
Reena miraba con horror como su marido era torturado, pero no podía hacer nada, en menos de un minuto la tortura cesó en menos de un minuto.
-¡Que no se repita!- dijo Raven, dejando de ocupar el maleficio.
-ahora prepara la pócima- ordenó Alexia.
El mago se apresuró en pararse y sacó su varita, hizo un movimiento con ella y desde el aire apareció un caldero. Echó un líquido plateado en el Caldero, luego sacó un saco de cuero cafe, abrio el saco y metió la mano en el, saco unas hojas negras y secas, las esparció por el caldero.
-ahora necesito sus gotas de sangre, majestades.
Las hermanas se miraron, entonces hicieron un movimiento con sus varitas y de la nada aparecieron dos cuchillos, Raven y Rebecca se abrieron un tajo en la palma de la mano, y esta empezó a sangrar rápidamente. Entonces las hermanas acercarnos sus manos chorreantes de sangre al caldero entonces la reacción fue inmediata una Pequeña explosión de humo negro salió del caldero.
-excelente- dijo Spencer, pero luego se volvió hacia las hermanas con el ceño fruncido en señal de pregunta- ¿estamos seguros que es la mujer? ¿Y de que será cesaría?
-sí- respondieron Raven y Alexia al unisonó.
-entonces, procedan a darle la pócima y abrir el vientre.
una figura encapuchada se acercó a la mujer con el caldero mientras otras dos le sujetaban la boca para que la mantuviera abierta, entonces le acerco el borde del caldero a sus labios, y elevo el trasero de este para que el liquido fluyera, la mujer trataba de hacer esfuerzos inútiles para no tragar el liquido asqueroso color gris oscuro. Y la figura abrió de un costado a otro el extremo inferior de su vientre usando el hechizo espada, de inmediato la sangre broto por los suelos.
Entonces sin más quedo colgando un bebe, entonces, Alexia apuntó a la mujer con su varita y dijo:
-Avada Kedavra- de su varita se desprendieron llamas verdes entonces la mujer bajo la cabeza en señal de que perdió la vida. Mientras al bebe, las hermanas lo tomaron en brazos, primero Alexia, luego Raven.
-¡es una niña!- grito Raven, levantando al bebe sobre su cabeza- ¡que desde hoy se conoscan a Rebecca Voldemort, La Reencarnación Del Señor Tenebroso y la próxima Señora Tenebrosa!